El día que conocí la Granja de Noé

Yo no se por qué mi mamá me despertó tan temprano el domingo. Me dijo que me bañara y me pusiera tenis, pero no me decía nada más. Cuando terminé de desayunar, me dijo que me tenía una sorpresa por haber ganado todos los exámenes del cole. Le pregunté treinta mil veces para dónde íbamos cuando estábamos en el carro, pero me dijo que lo único que me podía decir es que iba a conocer muchos animales y que iba a aprender muchas cosas chéveres.

Cuando paró, miré y había muchas personas haciendo fila, y vi grande el letrero del Parque Consotá. La verdad me puse muy feliz, porque hace como 3 años cuando cumplí 9 años, mis papás me llevaron a las piscinas y había cosas muy divertidas como los toboganes, eran re grandes y largos y la pasamos súper. Pero yo no entendía por qué mamá me hablaba de animales, yo solo me acordaba de las piscinas y los toboganes.

Hace casi un año en el cole me empezaron a dar clases de biología y me iba muy bien porque preguntaba y leía muchos libros y buscaba muchos videos en youtube. La profe le dijo a mi mamá que yo era muy pila para la biología y que si me ganaba la mención de honor, debería darme un gran regalo, por eso fue que mamá me llevó a Consotá, para que conociera una parte del parque que se llama “La Granja de Noé”. Cuando entramos, no me lo pude creer, ¡habían muchos animales!, parecía una película, me sentía como en Madagascar. ¡Lo que más me gustó fue cómo olía! Yo no sabía que cada animal olía diferente. Fue súper chévere. Lo mejor de visitar la Granja de Noé fue que conocí muchos animales y las personas del Parque me enseñaron sobre su comida, sus familias y su carácter que los hace tan especiales. Fue súper chévere porque conocí cerdos, vacas, ponys (no pensé que existieran), chivos, ovejas, cabras; también había un acuario súper grande lleno de muuuuuchos peces, conocí varias especies y me dijeron qué comían, cuánto vivían, cómo hacían para vivir ahí en el parque y lo mejor, me dejaron tocar varios animales y sentir su pelo; hasta jugué con una
cabra.

Cuando salimos, fuimos al resto del parque y nos divertimos mucho, pero fue en la Granja de Noé donde me di cuenta de que cuando creciera quería ser veterinario. Ya le dije a mi mamá que para mi próximo cumpleaños quiero volver, y que me iba a esforzar mucho en el cole para que me llevara donde Noé cada vez que pudiera.

Los animales que conocí me hicieron querer volver al Parque Consotá siempre, y le prometí a mamá que me iba a portar muy bien para seguir aprendiendo y conociendo mucho más de los animales que tienen.